Lo enfrenta
El habitante de la calle, corre hacia donde está el Cuervo y Lucas, mientras grita:
¡No lo mate asesino!
El Cuervo al escuchar esto se pone de pie, se quita la manopla de la mano y entre ojos lo mira, el habitanmte de la calle ya cerca de el cuervo le pega una palmada en la espalda e inmediatamente de recibir el golpe el cuervo se voltea y con su mano derecha lo agarra por el cuello y lo aprieta ahorcándolo. El habitante de la calle y el cuervo cruzan miradas y el cuervo tiene una mirada furiosa y el habitante de la calle una mirada asustada. Mientras es agarrado por el cuello esta persona tiembla mucho, respira muy fuerte y muy rápido, mientras el cuervo le ahorca
Lárgate de aquí esto no te incumbe – dice El Cuervo - o tu eres el próximo.
El habitante de la calle asiente varias veces con la cabeza afirmando que hará caso, el cuervo lo suelta y con el poco aire que le quedaba, el habitante de la calle mareado, sin aire y sin poder caminar bien corre lo más rápido que puede tratando de alejarse de la escena.
Subiendo el cuerpo noqueado de Lucas al hombro el Cuervo camina por las calles desoladas del centro de la ciudad sin que nadie se dé cuenta de que él ha estado ahí, caminando, caminando logra perderse de la faz de la ciudad, sin rastro alguno.
Como un fantasma, con el cuerpo de Lucas al hombro se ha dirigido a un lugar donde solo él sabe su existencia, un lugar solitario del cual gritar no sirve de nada, nadie te escucha, nadie te acudirá en tu ayuda, un lugar donde el Cuervo te hace pagar todos tus delitos, nunca nadie querrá ir al purgatorio.